Por si no tuvieron la oportunidad de leerlo en el Diario de Colima hace unas semanas, aquí va de nuez:
Se venció el plazo que dimos para hablar sobre el tiempo. Hace un par de meses, en un intento por interaccionar con ustedes, propuse que escribieran sus ideas sobre la pregunta ¿qué es el tiempo?
Es una pregunta muy difícil. Los conceptos más básicos e ingenuamente familiares resultan a veces ser los más profundos y difíciles de definir, entender y explicar. La meta del ejercicio no era la de obtener sesudos estudios sobre la definición del concepto, sino la de divertirnos pensando y tratando de formular ideas al respecto.
Me dio mucha felicidad (soy un egoista empedernido) recibir casi de inmediato varias contribuciones. Algunas de amigos conocidos y otras de lectores que aun no he tenido la fortuna de ver en persona. Las ideas que resultaron de sus análisis y elucubraciones me mantuvieron entretenido y contento.
Debo mencionar que hubo de todo. Para algunas personas fue tema de broma y enviaron algo solo con la intención de participar y saludar. Se les agradece. Hubieron quienes lo tomaron con demasiada seriedad e invirtieron un buen esfuerzo e investigación en el tema. Mi agradecimiento y felicitación a ellos también. Finalmente estuvieron aquellos que captaron de maravilla la idea que traté de imprimir: pensar un poco en el tema, analizar las ideas propias, expresarlas y divertirse. Quedé de seleccionar un ganador: no pude. En lugar de ello he decidido compartir algunos fragmentos que me gustaron y/o divirtieron. Espero los disfruten al igual que yo.
Antonio Alatorre Torres: Ya pasaron 10 segundos y la persona no se da cuenta pero, ¿qué paso en esos 10 segundos en los que el hombre miraba la correa de su reloj? La respuesta es que absolutamente todas las cosas en el universo cambiaron. En pocas palabras el tiempo, coloquialmente, puede describirse como el conjunto de cambios de posiciones, velocidades, y en general estados de los sistemas físicos que existen en nuestro universo.
Jorge – el fantasía – Torres (fe de erratas: en el periódico apareció equivocadamente como «el fabuloso.» Ha quedado corregido): Creo que los únicos interesados en saber qué es el tiempo son los físicos y tal vez los filósofos, pues la demás gente se deja llevar por el pragmatismo, y para ellos el tiempo se vuelve una herramienta para su vida. Como ejemplo tenemos a un ingeniero, ¿de qué le podría servir saber qué es el tiempo, si ese conocimiento no será de utilidad para diseñar y fabricar sus aparatos? Él puede seguir trabajando sin importar si el concepto de tiempo es ignoto, o no; pues él sólo necesita saber cuántas revoluciones por segundo (ahí entra el tiempo) tiene el motor que investiga, por ejemplo.
Y ahora que ya estoy un poco entrado en tema, y a manera de despedida, el tiempo es lo que invertí al escribir esto.
Aurelio Figueroa: Unas de las frases que me gustan referentes al término en descripción, son las de Renato Leduc en su composición Tiempo y destiempo: “Sabia virtud de conocer el tiempo. A tiempo amar y desatarse a tiempo, como dice el refrán: dar tiempo al tiempo, que de amor y dolor alivia el tiempo… Amor queriendo como en otro tiempo, ignoraba yo aún que el tiempo es oro, cuánto tiempo perdí – ay – cuánto tiempo. Y hoy que de amores ya no tengo tiempo, amor de aquéllos tiempos, cómo añoro la dicha inicua de perder el tiempo.”
Y de verdad, cuánto tiempo perdí. Pero lo volvería a perder si pudiera perderlo de la misma manera, aunque hablo de dolor, ya que me queda muy “poquito”.
Gracias por darse el “tiempo” para leer a este tipo de concursantes, pero allí sí, ni modo, usted mismo hizo la invitación al público en general.
Carlos Barajas: Comienzo por decir que la verdad no sé qué es el tiempo. Para escribir estas líneas, decidí comenzar por preguntarle a algunos profesionistas – algunos de ellos con maestrías en áreas de arquitectura e ingeniería civil – ¿qué es el tiempo? y las respuestas que me dieron después de frases como: ¿a poco no sabes?, ¿para qué quieres saber?, no soy científico, etc., fueron las siguientes (más o menos, no los grabé mas que con mi disco duro biológico): Pues lo mides en años, meses, días y así sucesivamente (no contestó lo que le pregunté). Es lo que tarda el planeta en girar sobre su propio eje (otro que no me contesta qué es). Es una unidad de medición para poder organizar a la sociedad (¡Ja, ja, ja!, perdón, prometí no burlarme. No es burla pero me dio mucha risa).
Raymundo López Portillo Ortega: Por ultimo, y para mí lo más importante, es que el tiempo es lo más preciado que tenemos. He llegado a la conclusión de que el tiempo es vida. El tiempo que nosotros estemos sobre este mundo debemos aprovecharlo al máximo porque se nos va la vida, porque es lo único que jamás podremos recuperar. Podremos recuperar un amor perdido, una fortuna perdida, la salud, pero el tiempo no, jamás, por más que anuncien cremas rejuvenecedoras y que la jalea real, y que el bálsamo de la eterna juventud. No existe, no es real.
Y para finalizar, nuestro amigo Stathis Tompaidis nos recuerda a Borges:
“El tiempo es la sustancia de que estoy hecho.
El tiempo es un río que me arrebata, pero yo soy el río;
es un tigre que me destroza, pero yo soy el tigre;
es un fuego que me consume, pero yo soy el fuego.
El mundo, desgraciadamente, es real;
yo, desgraciadamente, soy Borges”