Felicidades a Pavel y Óscar

abril 3, 2016

Aquí pueden encontrar información sobre la vigésima quinta edición del concurso de investigación para estudiantes del nivel medio superior: «MEF EDUCATIONAL INSTITUTIONS RESEARCH PROJECTS COMPETITION«, cuya fase final se celebrará del 10 al 13 de mayo en Estambul, Turquía.

El concurso tiene dos fases. La primera consiste en que grupos de máximo dos estudiantes y un supervisor envíen un reporte científico y un video promocional de sus proyectos. Estos materiales son evaluados por un comité para determinar si tienen la calidad necesaria para pasar a la segunda (y final) fase, en la que los estudiantes y supervisor presentan de manera presencial sus resultados ante los miembros del comité evaluador. Existen tres categorías: física, química y biología. Hay un premio por categoría.

Este año, por primera vez, México participa en este evento a través de un equipo de la Universidad de Colima conformado por los estudiantes Pavel Ignacio Amezcua Camarena del Bachillerato 18 y Óscar Alejandro Chávez Torres del Bachillerato 25 . Como supervisor funge el Dr. Juan Reyes Gómez.

El equipo de la U de C participó en la categoría de física y logró pasar a la segunda fase.  Su proyecto lleva por título: «Death by carbon monoxide: Search for sensor materials to reduce it»

Aquí pueden encontrar el reporte científico que prepararon: MEF2016-Amezcua-Chavez-Reyes-COLIMA

Aquí pueden ver el video promocional de su proyecto: Death by carbon monoxide: Searching for sensor materials to reduce it

Les invito a que feliciten a estos estudiantes en la sección de comentarios del video (y aquí).

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Un rayito de esperanza

enero 17, 2016

Se puede decir que estoy un poco gris. Por un lado la época parece exigir que solo hablemos de cosas dulces y alegres. Ver hacia delante con optimismo y hacer planes para un nuevo ciclo. Todo son deseos maravillosos y sonrisas pasajeras. En otras palabras, es una época llena de frases de libro barato de superación personal y de una gran diabetes emocional. Por otro lado la realidad a la que nos enfrentamos es dura y fría. Pareciera que lo mejor es tratar de olvidarla o ver para otro lado. Si no lo hacemos y la tratamos de enfrentar, el optimismo y los buenos deseos se tornan un poco más austeros. Esto me hace recordar algo que me sucedió hace apenas unas semanas, a inicios de diciembre.

Por ahí de cada dos o tres meses sufro una pequeña crisis existencial. De repente todo me parece inútil y me pregunto – o más bien me reprocho – si ha valido la pena el hacer este o aquel esfuerzo. En esos momentos podría parecer que todo se derrumba, o peor aún, que en realidad no se ha logrado construir nada que pueda derrumbarse.

Permanezco en ese estado un par de días, quizá una semana. Luego poco a poco voy saliendo y vuelvo a la normalidad. No pasa nada, todo va bien: a seguirle.

Pueden ser varios los factores que de repente me ayudan a salir de uno de esos baches, pero afortunadamente siempre salgo y creo que, irónicamente, esos episodios resultan ser útiles. No lo sé.

Lo que sí sé es que en esos días de diciembre andaba como queriendo caer en ese estado de desánimo y sucedió algo que lo impidió. Tuve la oportunidad de participar dando una charla sobre “el Higgs, los neutrinos y otras rarezas” a los participantes del “Taller de Ciencia para Jóvenes 2015”, evento que organiza la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima, como parte de las actividades del Instituto Heisenberg para estudiantes de nivel medio superior.

Esta es la segunda vez que lo organiza y consiste en seleccionar a una veintena de estudiantes de todo el país que se encuentren cursando el quinto semestre de bachillerato. Los reclutan y los “encierran” durante una semana en la que los exprimen al máximo, trabajando de las nueve de la mañana a las once o doce de la noche. Les imparten varios cursos e invitan a científicos locales a que platiquen con los estudiantes sobre sus investigaciones, vidas, etcétera.

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Esta vez tuve la oportunidad de hacerlo justo antes de que clausuraran el taller y la pasé de maravilla. Lo disfruté porque vi la chispa en los ojos de los estudiantes. Estuve platicando con un grupo de mocosos que además de emocionarse con temas científicos y tener una curiosidad genuina, les gusta trabajar y esforzarse. Ver esa sed de aventura, de conocimiento, en ojos de esa edad, es algo que permite, ante cualquier circunstancia, recuperar esperanza.

Me dijeron que quieren estudiar algo de ciencia. Que les interesa la energía renovable, la biotecnología, la química. Otros matemáticas y física. Hay quienes dicen estar orientados hacia lo computacional. Todos con inquietudes y dudas, pero con mucho entusiasmo. Dicen querer mejorar al país. Manifiestan su interés en que las cosas cambien. Aún no saben bien a bien qué es lo que quieren (aún cuando dicen saberlo), pero están en esa búsqueda y tienen ganas, muchas ganas. Por alguna razón creen que con esfuerzo y dedicación se puede mejorar, y les doy la razón. Quiero darles la razón. Me entusiasmo.

 


Perseverancia

abril 5, 2015

El día finalmente había llegado. Años de planes y sueños pasaban frente a mis ojos de manera incontrolable. Un sentimiento de incredulidad persistía en mi mente. Pero era un día hermoso, me encontraba camino al lugar donde haría mi doctorado en física.

¿Estaba preparado? ¿Necesitaba prepararme? ¿Cómo? Aun cuando se puede escoger estudiar física, matemáticas o cualquier otra disciplina científica por variadas razones, llega un momento en que se convierte en una necesidad. ¿Cuándo decidí estudiar física? No puedo decirlo con precisión, pero definitivamente fue en una etapa temprana. Después de ello, una preocupación por prepararme, en el sentido académico, fue irrelevante. Cuando uno ama lo que hace, llevar a cabo las decisiones correctas para su educación es muy fácil.

Los años de licenciatura: para ingresar a un posgrado es necesario satisfacer ciertos requisitos “oficiales.” Primero, si deseas estudiar física en una universidad gringa, necesitarás tomar dos exámenes de admisión (Graduate Record Examination – GRE), uno general y uno en física. Luego se tienen que enviar dos o tres cartas de recomendación y un ensayo sobre tus intereses. Prepararse par tener una buena puntuación en el GRE es importante, sin embargo, si durante la licenciatura haces lo que se supone debes hacer, te irá bien. Practica como boxeador tomando cuantos examines muestra puedas y deberás obtener un resultado bueno.

Uno de los aspectos más importantes de mi educación de pregrado fue la oportunidad de participar en la investigación. Ello me permitió no solo aprender física interesante, sino también obtener mejores recomendaciones. Al trabajar con científicos, les das la oportunidad de valorar tus habilidades (para resolver problemas, de comunicación, inter-personal) y eso les dará la posibilidad de escribir cartas de apoyo más fuertes en donde describan tu potencial como científico. Otro aspecto de hacer ciencia desde “niño,” al menos en mi experiencia, es que obtienes una perspectiva más amplia del campo, lo que a su vez ayuda a determinar dónde hacer el posgrado. Finalmente te ayuda también a escribir un mejor ensayo de intereses personales.

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Con (–>) Félix, Ricardo y Miguel. Ca. 1996

La experiencia de posgrado: Algunas de mis clases en posgrado fueron difíciles, pero ¿y? Estaba ahí para aprender y trabajar duro. Algunas veces puedes tener un problema con un profesor, quizá puedas sentir que pierdes tiempo; Otras veces podrás sentir que no eres lo suficientemente bueno o que no tienes lo que se necesita. Todas estas son situaciones comunes que tenemos que enfrentar. No creo que haya una receta o solución únicas para ellas. En mi caso, puedo decir felizmente que esas noches en mi época de pregrado que pasé platicando y discutiendo con amigos sobre ciencia, trabajando problemas que no tenían que ver con alguna clase y, sobre todo, esos sueños persistentes de llegar a ser un científico, fueron más que suficiente para prepararme. Entonces, sí estaba preparado. ¿O no? Lo que estaba a punto de encontrar me sorprendió inmensamente.

La vida del científico afuera de la ciencia: Resultó que inmediatamente me di cuenta de que había ciertos “problemas” más difíciles de resolver que los de las tareas. No estaban relacionados para nada con lo académico y al principio no podía entenderlos muy bien. Eran problemas que involucraban interacción con la sociedad. El tipo de vida que había escogido se convirtió, de alguna manera, en algo que tenía que explicar.

Pero ¿cómo puede uno describirle a alguien el placer tan personal, abstracto y profundo de hacer ciencia? ¿Cómo hacerle entender que no hay nada más que desees?

Ahora, cuando tratas de explicarlo a las personas que amas, amigos y familia, puede ser muy difícil. Casi siempre se quedan perplejos con tus argumentos y explicaciones. Un día mi madre me preguntó “¿y qué es lo que de verdad vas a HACER cuando termines?” ¿Cómo podía explicarle que NUNCA “terminaría”? Entonces le dije, con mucho orgullo, “voy a hacer investigación e intentar aprender un poquito más sobre la naturaleza, y al mismo tiempo, enseñaré física y trabajaré con estudiantes en investigación.” Mi madre respondió con un suspiro “¿entonces todos esos años que pretendes estar lejos son solo para ser maestro? (el “solo” fue porque tenía muchos familiares y conocidos que eran maestros y maestras y que, digamos, no requirieron demasiada formación).

Desde luego otro hermoso tema de discusión es el dinero. Esto se resume en el siguiente axioma: “Aquella persona que es buena para la escuela y recibe una educación universitaria necesariamente tendrá más oportunidades en la vida que otras (la palabra oportunidades en este contexto debe identificarse directamente con éxito económico).”

Pero hay un corolario: “Si además alguien realiza estudios más avanzados y dedica su vida al conocimiento, el éxito económico es intrínseco.

Se podrán imaginar las miradas de incredulidad que aparecen cuando uno le dice a la gente cuáles son los salarios promedio de los científicos.

Bien, pues encontré que estas explicaciones incómodas y “forzadas” se volvieron más frecuentes con el tiempo y me generaban mucha distracción.

Y luego para rematar: uno nunca sabe qué le pueda pasar a un familiar o amigo unos días antes del examen de teoría cuántica de campos que requerirá de TODA tu concentración.

Se agradecen comentarios 🙂

(Esta entrada es una traducción libre de un breve artículo que publiqué en «Science Carrers» de la revista «Science» cuando recién terminé el doctorado. Me invitaron a escribir un poco sobre mi experiencia en el proceso. Pueden leer la publicación original (en inglés) aquí).

twitter: @alfredoaranda

facebook: Fefo Aranda


Códigos estelares

marzo 31, 2015

La luz es una onda electromagnética. La luz es lo que entra en nuestros ojos y crea imágenes que nuestro cerebro interpreta. Es lo que “vemos.”

Las ondas electromagnéticas pueden tener muchos tamaños. Las hay enormes, con tamaños característicos – llamados “longitud de onda” – de metros o kilómetros o más, y las hay pequeñísimas (de millonésimas de millonésimas de metros). Nuestros ojos, producto de la adaptación en el agua del mar y luego en la superficie, han evolucionado para poder recibir e interpretar ondas electromagnéticas de ciertos tamaños únicamente. Las ondas electromagnéticas más pequeñas que podemos percibir (con nuestros ojos) tienen una longitud de onda de 4000 Angstroms (un Angstrom es la diezmilmillonésima parte de un metro), mientras que las más grandes andan por los 7000. Podemos pensar en los diferentes tamaños en términos de los colores que vemos: las más pequeñas corresponden al violeta y las más grandes al rojo. Las ondas electromagnéticas que caen dentro de ese rango constituyen lo que llamamos “luz visible.” A las ondas más pequeñas (que no podemos “ver” con ojos humanos) les llamamos de manera general ondas o luz ultravioleta. A las más grandotas les llamamos ondas o luz infrarroja.que-hace-sr-newton-refleccion-de-la-luz-una-caratula-para-pink-floyd-memes

Los hornos de microondas, los celulares, las estaciones de radio y televisión, los satélites, el “Wi-Fi,” las antenas de cualquier aparato, emiten y/o absorben ondas electromagnéticas. Dependiendo de su uso y descubrimiento, se les ha puesto diferentes nombres, pero todas son lo mismo: su única posible diferencia es el tamaño o longitud de onda. Todas, incluida la luz visible, son ondas electromagnéticas.

La luz ha sido estudiada durante mucho tiempo y ello ha permitido aprender cosas muy interesantes sobre la naturaleza. Algo “evidente” es que los seres humanos descubrimos muchas cosas de nuestro entorno precisamente a través de la luz, a través de la vista. Tenemos dos “detectores” (ojos) que reciben luz de diferentes fuentes y que una computadora (cerebro) analiza para determinar ciertas propiedades de los objetos que emitieron o “rebotaron” esa luz. Así, gracias a la luz que nos llega, sabemos si viene un coche cuando estamos tratando de cruzar una avenida, podemos ver la comida que necesitamos para comer, e incluso podemos hacer cosas mucho más sofisticadas. Por ejemplo podemos ponernos de acuerdo entre varios seres humanos para que ciertos símbolos signifiquen algo (por ejemplo un abecedario y palabras en un cierto idioma). Luego alguien, con un material que absorba la luz que le cae y que no la re-emita (y que por lo tanto nosotros lo vemos de color negro) los prepara en cierto orden en un papel blanco (que rebota toda la luz que le llega) de tal modo que cuando lo sacamos al sol (o a la luz de una de nuestras lámparas), la luz que llega al papel es absorbida en las regiones donde se plasmaron los simbolitos y reflejada en las otras partes del papel. Nuestros ojos reciben la luz de todo el papel, excepto la que absorbieron los simbolitos. Nuestro cerebro, inteligente (a veces más de lo que creemos), identifica esa “ausencia de luz” como una palabra. Eso es precisamente lo que está sucediendo en este momento en que usted, querida lectora, querido lector, está “no viendo” estás letritas impresas en el periódico.

“Vemos” entonces que la luz y su percepción pueden ayudarnos a conocer muchas cosas. Algunas muy cotidianas, otras un poco más sofisticadas. Dentro de las sofisticadas, pero que ha tenido un impacto importante en el desarrollo de la ciencia, se encuentra la de ver y estudiar la luz que emiten las estrellas. De alguna manera eso es lo que se hace en la astronomía: estudiar la luz que emiten las estrellas. Durante mucho tiempo solo se estudiaba la luz visible, y poco, ya que muchas de las propiedades de la luz que nos permiten entender las estrellas fueron descubiertas hace relativamente poco. Luego fuimos capaces de construir “ojos” que vieran ondas electromagnéticas de diferentes tamaños y actualmente podemos ver un una amplia gama de “canales.” Viendo esa luz (no solo la visible) podemos aprender sobre las estrellas y el universo. Es posible, por ejemplo, saber de qué están hechas. Determinar cuánto hidrógeno, helio, etcétera tienen. Podemos determinar su edad, temperatura, su vida esperada. Estudiando la luz proveniente de las galaxias (que no es otra cosa mas que luz proveniente de las estrellas que las forman) podemos también determinar si se alejan o se acercan de nosotros. La luz proveniente de ellas nos da información sobre la evolución y desarrollo del universo. Gracias a esa luz, podemos tener una idea concreta, verificable, de cómo es el universo.

Notemos que vivimos en una época privilegiada. Pensando en términos de lo que conocemos sobre el universo y de nuestras ideas sobre la naturaleza consideren lo siguiente: hace tan solo cien años aún no se sabía que existían galaxias. Se tenían ideas sobre el mundo y el universo, prácticamente desde que hay seres humanos, pero información fidedigna que nos permita contrastar, falsar y por ende mejorar y adaptar nuestras ideas a la realidad, solo la hemos tenido por unas cuantas décadas. ¡Y lo que falta!


Tú pregúntame …

septiembre 16, 2014

preguntame1Desde hace unos meses y de manera (muy) irregular, hemos estado participando en una actividad denominada “pregúntale al científico.” Se trata de poner una mesa y unas sillas en algún jardín de alguna comunidad, preparar una cafetera y unos letreros que dicen cosas como “pregúntale al científico y tómate un café.” Esperamos sentados y de repente cae la presa (casi siempre una niña): “¿Por qué le sigue creciendo el cabello a los muertos?” “¿Por qué el agua del mar a veces se ve azul?” “¿Qué es la diabetes?” y no puede faltar, nunca, “¿Cuánto cuesta el café?”

Hasta el momento solo lo hemos realizado en el jardín principal de Comala. ¿Quiénes somos? Un grupo de esclavos, perdón, de estudiantes de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima , Guille, su servilleta, café de Comala (Flor de Suchitlán) y las personas que caminan por el jardín. Tenemos la esperanza de que poco a poco logremos reproducirlo en otras comunidades del estado (¡Inviten!).preguntame2

Al inicio decidimos juntarnos a las 20:00 horas en el jardín. Llegamos unos minutos antes para prepararnos. Colocamos la mesa, preparamos el café y esperamos. Nadie se acercó, había muy poca gente. La segunda vez nos visitó un amigo, Don Gil, quien no contento con bombardearnos con toda clase de preguntas, además nos regañó. Nos dijo – sutilmente – “la están regando” “¿qué no ven que a esta hora no hay gente? ¿pos no que muy listos?” (no es cierto, no nos dijo eso, pero así lo sentimos). “Mejor vengan a las 18:00 horas, les garantizo que les irá mejor.”

Y sí, nos fue mejor. La siguiente reunión fue a la hora sugerida y nos llenamos de gente. Preguntas de todo tipo, especialmente las hechas por las niñas y niños, que fueron y siguen siendo los más interesados. A veces pasan adultos y adolescentes y se quedan mirando los carteles, alejándose. Sin embargo, cuando alguna niña nos ve y lee los cartelillos que ponemos, se acerca (jalando a su papá, quien intentaba alejarse) y empieza a disparar con preguntas. Eso hace que los padres de familia se acerquen y como consecuencia otros adultos. Es bonito.

Los esclavos que me han podido acompañar en esta aventura (científicos en formación sin vida social que por ende tienen tiempo libre los domingos en la tarde) son los que en verdad la han hecho posible. Consiguen la mesa, las sillas, preparan el café, colocan los carteles, etcétera. Ellos son Jorge «el Fantasía» Torres y Julio, participando desde la generación de la idea, y más recientemente Paulina y Brenda.

preguntame3Y como todo en la vida, la suerte a veces ayuda. Resulta que «el Fantasía», oriundo precisamente de Comala, pues conoce a casi todas las personas de la comunidad. Gracias a ello consiguió que nos dieran la oportunidad de dar una pequeña conferencia pública en el jardín, dentro de las actividades culturales que organiza el municipio cada domingo por la tarde.

¿De qué hablaría? Un poco sobre la física de partículas, es decir, sobre las ideas y descubrimientos que hemos realizado en los últimos años al intentar contestar la pregunta: ¿de qué estamos hechos? Cómo, intentando responder esa pregunta, se ha generado prácticamente toda la base tecnológica sobre la que se sustenta la sociedad actual. Sí, el hecho de que algunos “locos” a través de la historia de la humanidad se hayan preguntado ese tipo de preguntas, y más importante, que hayan encontrado una manera eficiente y confiable de buscar soluciones a esas preguntas, ha generado una derrama económica, social y política que modifica y afecta la conducta y la vida de todas las personas. Es por eso importante, creo, que un gran número de personas, aunque no se dediquen a la ciencia, tengan acceso a información y conocimientos científicos, spreguntame4obre todo ¡los que se logran durante sus vidas! Por otra parte, algo que puede ser también muy útil para las personas, es el conocer el “pensamiento crítico y científico.” No necesariamente conocer y saber los detalles de este o aquel conocimiento, sino más bien familiarizarse y eventualmente apropiarse de los métodos que se utilizan para llegar a esos conocimientos. Esos métodos, esa forma de analizar y trabajar las diferentes problemáticas, puede ser de tremenda utilidad en ámbitos no científicos, ámbitos cotidianos y comunes en los que nos desenvolvemos diariamente.

Pues sí, que de todo eso iba a hablar pero no se pudo: se nos atravesó el concurso de reina de kinder de Comala (o alguna cosa similar) y nos cancelaron la conferencia para que las niñas pudieran lucir sus vestidos y sus madres pelear por quien sería la niña consumada en reina (si, en serio, hubo pelea). Así las cosas. ¡Gracias Jorge!

Nos vemos un domingo en algún jardín.


Gracias

agosto 12, 2014

Agradecemos una nueva donación anónima al fondo de becas de ConCiencia en Colima. En esta ocasión se trata de una donación para una beca mensual a un estudiante de la licenciatura en física de la Universidad de Colima. La beca está basada en desempeño y necesidad económica. Muchas gracias.

Aprovecho la oportunidad para invitar, a quien esté en posibilidades de apoyar, a que se ponga en contacto con nosotros para explicar los detalles y procedimientos. Pueden ver el historial de donaciones aquí.


Decadencia

julio 26, 2014

Terminando la gira de trabajo que me ha ocupado estas últimas semanas, buscando algunas posibilidades de colaboración científica para la Universidad de Colima, me da la oportunidad de compartir algo que tenía tiempo queriendo hacer y no me decidía. Curiosamente esta gira me ha ayudado a convencerme.

Desde hace algunos años hemos estado invadidos – comercialmente – por una serie de charlatanerías y estafas relacionadas con la salud. Las ideas en sí no son recientes, al menos no la mayoría, pero sí el ímpetu y aceptación que han tenido en la población, los gobiernos e incluso algunos médicos. Que haya personas que caigan en la estafa no es para nada sorprendente, pero que gobiernos y médicos lo hagan no es aceptable, sobre todo cuando hablamos de gobiernos que incluyen países de primer mundo.

bs1Para mí esto representa otro indicador contundente del gran fracaso reciente de la educación básica y superior en prácticamente todos los países. La masificación de la educación, hecha de manera no solo obligada sino sobre todo apresurada, ha generado algunos aspectos negativos, como por ejemplo, el que el nivel general de la misma se haya reducido considerablemente. La capacidad crítica y de análisis, así como la educación científica general, han sufrido transformaciones extraordinarias motivadas por la necesidad de que la mayoría de los estudiantes aprueben a toda costa. Claro está que reducir el nivel no es la única “solución” para que todos o una gran mayoría apruebe, pero sí es la “más fácil” (y por supuesto inefectiva en términos educativos reales). Entre los muchos resultados que se obtienen de dicho esquema está uno que asusta: personas que reciben una supuesta educación, además certificada, que en realidad no están preparadas. Abaladas por títulos y certificados sí, pero no verdaderamente con la capacidad de utilizar el conocimiento, entenderlo y/o generarlo. Eso es muy peligroso y de alguna manera ya estamos viendo los resultados.

vaccine1Algunos países europeos (que en general se considera tienen una mejor educación, al menos en los famosos y obviamente confiables rankings y estudios ad hoc) cuentan con una moda muy fuerte de esoterismo y charlatanería. Por ejemplo, campañas anti-vacunas y en contra de antibióticos que han ido tomando fuerza en la última década, generando problemas de salud importantes en varias comunidades. Otro ejemplo: Las farmacias proporcionan, además de medicinas probadas científicamente, toda clase de remedios o técnicas medievales (uso la palabra como adjetivo) y/o fantasiosos como la homeopatía, la iriología, la quiroprática, etcétera. Otro ejemplo de mucha actualidad es la resistencia a lo “transgénico.” Muchas de las personas con las que he hablado sobre estos temas (estudiantes, profesores, gente fuera de la academia) desconocen qué es un gen, qué significa homeopatía o cómo funciona una vacuna, pero la mayoría tiene opiniones fuertes y de mucha convicción sobre esos temas. Insisto, y deseo insistir fuertemente en esto: no tiene nada de malo que personas en general crean o quieran creer lo que se les venga en mente. El problema no es ese. El problema es que muchas de esas personas han tenido una “educación” formal. El problema es que sistemas de salud públicos, médicos, personas en general relacionadas con el cuidado de la salud, asociaciones certificadoras, etcétera, no sean capaces de entender que la inoperatividad y falsedad de esos métodos no son cuestión de opinión. Preocupa enormemente que las crean o en su defecto, que se aprovechen de la ignorancia y desesperación de las personas a las que deben servir y apoyar. Preocupa incluso, regresando a lo de la educación, que instituciones de educación superior avalen a algunas de estas charlatanerías y las incluyan en sus programas y actividades. Vaya, sabemos que pueden ser populares, ¡pero no la amuelen!

vaccines2Ante el cuestionamiento de por qué hacen eso, una respuesta típica es la de que la ciencia, y en el caso particular la medicina, no lo sabe todo. En efecto, eso es verdad, no se sabe todo. Sin embargo, si continuamos con el análisis crítico, la ciencia y la medicina sí saben algo, y cada día se intenta aprender más. Muchas veces se ha tenido que cambiar lo que se sabía para mejorar, muchas veces se descubre algo completamente nuevo y resulta que ayuda a mejorar tratamientos o curar enfermedades. Pero lo que sucede con más frecuencia es que las ideas no funcionen, es decir, se realizan estudios para determinar si algo funciona o no y muchas veces se determina que no. La ciencia sí puede determinar si algo no funciona. Ese es su principal valor. Casi siempre, desde luego, no escuchamos de las cosas que no funcionaron. Nos enteramos de las que sí porque nos las recetan y nos salvan la vida.

alternative-medicineLas veces que nos enteramos que algo no funciona es cuando alguien nos presenta una supuesta solución alternativa. Lo primero que se hace es determinar si funciona o no y cómo. Hay dos posibles resultados que son: no funciona o si funciona. En caso de que no, por lo general aquellas personas que la propusieron se sienten ofendidas y arguyen que la ciencia y las farmacéuticas no quieren reconocer sus descubrimientos. En caso de que sí funcione, deja de ser medicina alternativa y se convierte en medicina.


Impresiones y expectativas

julio 21, 2014

Desde que llegué fue impresionante. No era la primera vez que me encontraba en un lugar así, pero sí la primera vez que lo veía con una expectativa muy particular. Estar en medio de toda esa infraestructura científica puede ser abrumadoramente inspirador. Al verlo se entiende claramente el por qué del desarrollo de esos países, en este caso el de Japón.

Durante mi visita discutimos los pasos a seguir en la creación del grupo colimense que se inIMG_8626 al KEK. Hasta ese momento la discusión se había centrado en los aspectos generales a nivel administrativo. El director del Instituto de estudios de partículas y nucleares del KEK visitó en dos ocasiones nuestra Universidad para preparar y firmar los convenios necesarios. Ahora era turno de visitar los diferentes grupos y valorar nuestra participación. Me reuní con investigadores de todos los experimentos para compartir ideas y determinar intereses.

La mayoría de ellos no sabía de nuestras intenciones. Como dije antes, todo había sido manejado a nivel administrativo. Al enterarse de que estábamos ahí para considerar la creación de un nuevo grupo experimental, absolutamente todos los investigadores con los que hablé – de diferentes áreas y enfocados en diferentes experimentos – se mostraron interesados y sugerían que “los escogiéramos.”

Desde luego surgieron infinidad de preguntas e inquietudes. ¿Quiénes formarán el grupo? ¿En qué podrán contribuir al experimento? ¿Cómo piensan conseguir recursos? ¿Dónde está Colima? ¿Por qué se fijaron en el KEK?

Las preguntas más relevantes, que por ende nos entretuvieron más tiempo, fueron las relacionadas a los recursos humanos y financieros. En el caso de Colima la idea es generar un grupo nuevo. Adquirir recursos humanos nuevos que formen ese grupo y trabajen en el KEK. El mismo KEK participará en el proceso de selección de los candidatos. Cuando se les explicó esto (a los investigadores, las autoridades ya lo sabían) todos se entusiasmaIMG_8592ron y se sorprendieron gratamente. Empezaron a preguntar que si era necesario que hablaran español, que fueran mexicanos, que si esto, que si el otro. Una vez que se enteraron de los detalles vino el interés por Colima y México. ¿Cómo es Colima? ¿Dónde está? ¿Cómo es la Universidad? ¿Cuántos investigadores tiene? ¿En qué áreas? ¿Cuántos estudiantes? ¿Tienen laboratorios? ¿Cómo es la ciudad? ¿Es segura? ¿Cómo se viaja a Japón? ¿Hay vuelos directos?

Como podrán imaginar, se dieron conversaciones muy interesantes y de mucho detalle. Traté de explicar un poco sobre cómo son las universidades mexicanas y en particular el contexto de la Universidad de Colima. Intenté hacer una descripción del estado de Colima y sus municipios. Hablé de cómo se vive, un poco de su historia, de lo impactante de su geografía. La mayor parte del tiempo hablé, desde luego, de la Universidad y en particular de la facultad de ciencias. Hablé de cómo esa facultad ha funcionado en los últimos 10 años y cómo ha generado un grupo de investigación muy fuerte a través de la incorporación de investigadores por medio de concursos internacionales abiertos. Hablé de las carreras de física y matemáticas y el enfoque que se les ha dado. Hablé de cómo un gran porcentaje de los egresados se encuentran realizando doctorados en universidades extranjeras financiados por esas mismas instituciones. Aprovechando todo eso concluí comentándoles que precisamente ese desarrollo es el que había llevado a que propusiéramos la creación de un grupo experimental de primera, algo difícil de hacer sin infraestructura de primer nivel, en colaboración con un laboratorio como el KEK.

Para no cansarlos con demasiados detalles, comentaré solo un par de cosas que salieron en las conversaciones, que de alguna manera, reflejan expectativas culturales de los dos lados. Por mi parte, una de mis preocupaciones consistía en asegurar que los procedimientos serían transparentes y basados en calidad académica. De alguna manera yo suponía constantemente que ellos tendrían la idea de que en México generalmente no se hace así y repetí, de muchas maneras, que ello sería indispensable para nosotros. Insistí que precisamente por ello es que nosotros buscamos que el mismo KEK estuviese involucrado en el proceso de contratación: eso lo legitimaría. En realidad no estoy seguro de cuál haya sido la idea previa, en caso de haber existido, que ellos tuvieran sobre México y sus procesos académicos, pero con la confianza del “sake,” uno de ellos se animó a decirme “me parece que no eres un mexicano típico.” No supe qué responder. No me gustó el comentario y al mismo tiempo creo que sentí que lo entendía. El percibió la ambigüedad en mi reacción (corporal, porque no pude decirle nada de inmediato) y se disculpó. Le dije que no se preocupara.

Ateneo-Grand-Splendid-Modern-BookstoreOtro ejemplo “simpático” consistió en mi descripción de Colima. Insistí varias veces en que es un lugar pequeño, geográfica y poblacionalmente, y que eso es bueno. Ante mi insistencia sobre el tema, uno de ellos me pregunta, con cierta preocupación, “pero, ¿qué tan pequeño es? Le contesto que la capital, de manera conurbada con otro municipio, tiene alrededor de 300,000 habitantes, a lo que inmediatamente comentó, aseverando: “¡Ah!, entonces no es tan pequeña; con esa población seguro cuenta con buenas librerías.”


¿Se puede?

julio 17, 2014

Existen áreas de investigación científica que requieren de una infraestructura física y tecnológica tan grande que es imposible tenerla en una universidad o incluso difícilmente en un solo país. Los países que sí la tienen, por lo general, lo logran en colaboración con otros: los laboratorios se construyen en un cierto lugar, pero son varios los países que aportan recursos para la construcción y/o el equipamiento.

Comúnmente esos centros de investigación requieren de múltiples equipos con muchas componentes diferentes, la mayoría de las cuales tienen que ser creadas por los mismos investigadores (no se pueden comprar, no existen). Un grupo en alguna universidad de algún país puede desarrollar un proyecto, financiado por su propio país, para crear uno de los componentes necesario, llevarlo al laboratorio e instalarlo. Otros grupos harán lo propio con otros dispositivos y así, una vez que todo el equipamiento esté completo y funcionando, llega la época de experimentación. Investigadores de diferentes lugares del mundo utilizarán el laboratorio para obtener información sobre sus preguntas y proyectos específicos. Participarán todos ellos compartiendo y discutiendo los resultados y hallazgos.

La vida promedio de dicho tipo de colaboraciones va de las dos a las tres décadas, comenzando desde el diseño y construcción de los equipos hasta la obtención de datos y su posterior análisis. Se trata de proyectos de ciencia básica fundamental que sirven de base para todo lo demás.

Como podremos imaginar, la organización y funcionamiento de dichas empresas requiere no solo de la infraestructura física (laboratorios y dinero), sino también de una infraestructura administrativa sofisticada y robusta. Investigadores y estudiantes deben tener la posibilidad de trasladarse y pasar temporadas largas en instituciones distintas a las suyas, el equipo generado y/o adquirido en un país terminará funcionando en otro, la planificación de los proyectos debe contemplar fases de avance intermedias pero debe ser pensado y organizado a muy largo plazo, etc. Como también creo podremos imaginar, nada de ello es común en nuestro sistema.

En nuestro país no existe un laboratorio o centro de esas características. Para aquellas personas que hayan seguido esta columna no les resultará sorprendente esta situación: simplemente no existen condiciones que permitan si quiera imaginar la posibilidad de crear una empresa de esa magnitud en este momento. Lo que sí hay, aunque en una escala muy pequeña y marginal, es la participación de algunos grupos en proyectos grandes realizados en otros países, pero aún en esos casos, la participación ha sido muy modesta y restringida a pocos aspectos del proceso general de experimentación. Hace falta más.

Es importante aclarar lo siguiente: en nuestro país sí existen laboratorios de buen nivel en donde se realizan experimentos importantes en diferentes áreas del conocimiento. A lo que me refiero en este momento es al tipo de laboratorios y experimentos de gran envergadura que requieren la colaboración internacional que describo arriba.

IMG_8586En la Universidad de Colima estamos intentando participar con la creación de un grupo de investigación que se involucre directamente en una colaboración internacional en uno de esos laboratorios. La idea es que sea un grupo formado por investigadores que puedan incorporarse a alguno de los proyectos en fase de desarrollo de un laboratorio internacional y pueda mantener una relación de largo plazo.

Desde hace poco más de un año hemos estado trabajando con el laboratorio japonés KEK, ubicado en Tsukuba Japón, para ver la forma de crear, en conjunto, un grupo de la universidad que pueda adherirse a uno de sus proyectos. Ese laboratorio, en colaboración con el acelerador J-PARC ubicado en Tokai, cuenta con una impresionante infraestructura de aceleradores que permite llevar a cabo experimentos en diversas áreas del conocimiento: física de partículas, nuclear, de materiales, médica, de aceleradores, biofísica, entre otras. El trabajo y las negociaciones llevadas a cabo lograron que en enero de este año se firmara un convenio entre la universidad y el KEK para la creación de un grupo de 4 investigadores dentro de los próximos tres años. Debido a eso, y para organizar las actividades relacionadas a la creación del grupo, recientemente visité el KEK para organizar los procesos de contratación y de organización para que el proyecto avance.

Se requerirán muchas cosas para que el proyecto se concrete. Representa una forma muy diferente de hacer las cosas que seguramente requerirá de cambios e ideas distintas para resolver los problemas que surjan. Se requerirá conseguir recursos por parte de agencias financiadoras de la actividad científica en el país, se requerirá conseguir recursos humanos del mejor nivel posible, se requerirá brindar condiciones óptimas para el trabajo de investigación y docencia, se requerirá planear proyectos a mediano y largo plazo, se requerirá continuidad y mucha calidad. Lo importante es que todo lo que se requiere es posible. No será fácil, pero estoy seguro de que todo el esfuerzo que tengamos que hacer valdrá la pena al final. Por el momento ya estamos definiendo el primer paso para la incorporación de las primeras dos personas. Los mantendré informados.

 


Siempre equivocados

May 21, 2014

Prácticamente siempre estamos equivocados. Tenemos una facilidad asombrosa para engañarnos e inventar cosas que de verdad, casi siempre nos equivocamos. En la ciencia, también, casi siempre nos equivocamos. Es posible que la idea que se tiene de la ciencia es que siempre dice tener la razón y que la ciencia no se equivoca. Es curioso que en realidad la situación sea dramáticamente opuesta.

Ante cualquier duda, ante cualquier interrogación, todos desarrollamos una explicación. De diferentes niveles y profundidades pero nuestro cerebro intenta dar respuesta. Casi siempre se equivoca. De hecho, nuestro cerebro es tan terco en querer explicar las cosas que muchas veces nos obliga a ver, escuchar, sentir cosas que en realidad no suceden. Lo hace para que sus propias explicaciones sean validadas.

Así, cuando un científico trata de explicar y de entender algún fenómeno, de la misma manera, produce ideas que prácticamente siempre están equivocadas. Intenta describir el fenómeno y rápidamente se da cuenta de que lo que se imaginó a primera instancia en realidad no funciona. Luego se le ocurre alguna otra cosa. Y lo mismo, resultado negativo. Luego otra y otra y otra. La diferencia crucial con el científico es que intentará por todos los medios disponibles de verificar si la idea original – modificada muchas veces por su misma insuficiencia ante la realidad – es correcta o no. O si al menos se acerca un poco.

wrong-wayY como todas las personas, científicas o no, el investigador muchas veces se engaña a sí mismo. Muchas veces no quiere renunciar a su idea, incluso cuando la evidencia apunta en otra dirección. El investigador, el individuo, científico o no, no deja de ser humano y de tener preferencias, dogmas, inseguridades. Lo interesante de la ciencia es que a través de su método, elimina estas deficiencias y requiere de la confirmación de muchos otros. Es precisamente así, bajo la confirmación y escrutinio de muchas personas diferentes e incluso épocas diferentes, que la ciencia avanza. Los conocimientos científicos nunca son absolutos, siempre van adaptándose a nuevas y cada vez más precisas observaciones. La verdad científica crece y se mejora. Una posible manera de decir cómo es que avanzamos en la ciencia es la siguiente: dada una idea, una teoría sobre algún aspecto de la naturaleza, todos intentamos romperla. Intentamos destrozarla. Buscamos el lugar en el que falla, en el que no se aplica, en el que no es válida. En cuanto alguien dice tener una verdad, el resto se empecina en demostrar que no, que está equivocado. Por eso, cuando se dice que algo es científicamente comprobado o avalado, lo consideramos robusto y poderoso: se ha intentado derribarlo por todos los medios disponibles (y se seguirá haciendo) y no se ha logrado. Si no representa una verdad ¡seguramente anda cerca! Para avanzar es necesario poder decir: “estás equivocado.”

También por eso es que los científicos, al encontrarnos ante aseveraciones sobre fenómenos que evidentemente violan las leyes descubiertas, reaccionamos con incredulidad y escepticismo de manera inmediata. Cuando se nos dice que existen fenómenos que claramente violarían las verdades científicas conocidas, resulta evidente que se trata de alguna confusión o de alguna charlatanería. No es porque no queramos que así sea. No es porque creamos que las verdades científicas sean sagradas. No. Lo que pasa es que nosotros mismos nos dedicamos a tratar de violarlas y romperlas. De estirarlas hasta donde se revienten. Sabemos que no son absolutas y además aprendimos que destruyéndolas es como aprendemos más. Así que si las violaciones burdas, grandes y obscenas que a veces nos dicen ocurren de verdad existieran, no sería muy difícil verificarlas.

No somos defensores de verdades. No nos dedicamos a cuidar que nuestras verdades sean acatadas ni aceptadas. Nos dedicamos a intentar describir y entender la naturaleza. Hemos obtenido algunas ideas muy bonitas sobre cómo funciona la naturaleza. Las analizamos, las extendemos, las rompemos. Conforme conocemos más, somos capaces de generar nuevas maneras de explorar (en un proceso auto-generativo): construimos mejores instrumentos para nuestros experimentos, con mejor tecnología que nos permite observar nuevos aspectos antes desconocidos, con eso aprendemos más y así sucesivamente. Al ser humanos tenemos bandos, grupos, escuelas. Nos peleamos. Algunos podemos morir aferrados a nuestra idea. Pueden pasar generaciones enteras en dilemas y confusiones y aun así, ya que la mayoría de los involucrados se mueran, sobrevivirá la idea, si es que la había, que más se haya acercado a la realidad. Lo demás quedará en el olvido o, si tiene suerte (el individuo), podrá suscitar algún trabajo de carácter histórico, nada más.

Como diría Santiago Ramón y Cajal cuando en una reunión social alguien le preguntó “¿qué tal querido Cajal, qué verdad encontró hoy?” a lo que él amablemente respondió: “Ninguna. Las verdades son difíciles de encontrar, si no, no se les buscaría tanto.”