Impacto social

julio 12, 2016

Hay muchas razones por las que una persona decide dedicarse a la ciencia, a la investigación. Algunas lo deciden temprano en su camino de formación, otras lo deciden después ya en el ámbito laboral. Hay quienes llegan a la investigación de manera azarosa y hay quienes desde muy jóvenes tuvieron la oportunidad de conocer ese mundo y decidieron participar.

Curiosidad, entusiasmo, pasión por descubrir, casualidad, necesidad. Todas ellas posibles razones para acercarse a la ciencia. Sin embargo, una de las razones más importantes y trascendentes de por qué muchos se han dedicado a la ciencia, es la de querer ayudar a tener una mejor sociedad. Mejorar las condiciones en que vivimos. Mejorar la comida, la salud; reducir la pobreza, el dolor. Aumentar el confort, la cantidad de alimentos. Mejorar el medio ambiente, explorar el universo.

Aunque no seamos muy conscientes de ello y no lo pensemos demasiado, sabemos desde hace mucho tiempo que el conocimiento es no solo útil sino hermoso y necesario: el conocimiento científico, todo, tiene un gran impacto social; hay que seguirlo expandiendo.

¿Cómo se genera el conocimiento? Puedo responder esta pregunta con muchos matices y asegunes, pero es mi intención concentrarme en la parte esencial, aquella que es crucial para que el conocimiento generado sea útil y honesto: el conocimiento (en la actualidad y desde hace ya varios años) se genera con rigor, transparencia y reproducibilidad.

El rigor radica en la consistencia con los conocimientos previos. Las investigaciones e ideas nuevas no pueden contradecir conocimientos previos sin fundamento, ni sin una clara y contundente evidencia que muestre que son incorrectos. Se intenta extender lo que se conoce y, si se descubre que lo que se tenía por bueno resulta ser insuficiente o equivocado, es con evidencia contundente. No puedo simplemente rechazar todo el conocimiento previo “porque no me gusta”, tengo que evidenciar que no funciona. La transparencia se refiere a que si descubrimos algo nuevo, debemos mostrar y explicar absolutamente todo lo que hicimos para llegar a ello. Debemos compartir abiertamente todas nuestras técnicas, suposiciones y resultados. La reproducibilidad significa que otros expertos, de otros lugares, sin que nosotros estemos involucrados, deben obtener los mismos resultados. Dependiendo del tipo de investigación que se haga, la reproducibilidad puede tardarse de meses a décadas. Debemos pensar, a cada paso, que podemos estar equivocados.

¿Dónde se genera el conocimiento? Al igual que la pregunta anterior, iré al grano sabiendo que hay más matices: en las universidades.

Sé que probablemente se asocie a las universidades con la formación de profesionistas. Sí, las universidades hacen eso, pero no solo eso. Es ahí donde se dan las condiciones para que las personas formadas y entrenadas en la investigación puedan intentar contribuir a la generación de nuevo conocimiento. Para ponernos dramáticos: La Universidad es el refugio de la cultura. Es donde se cuida, se nutre y se reproduce.

 

Agradeceré tus comentarios/dudas/quejas/felicitaciones en la sección de comentarios de este blog.

 


¿Artículo o patente?

julio 11, 2016

 

Una típica: «¿pero hacen algo que sirva o solo artículos que se quedan en el anaquel y que nadie lee?» «A ver, ¿de qué ha servido lo que han hecho?, ¿qué problema social han resuelto?»

Otra muy popular a la hora de discutir sobre la ciencia en México o Colima es la siguiente: «¿Por qué, en lugar de anadar investigando cosas que a nadie le interesa, no se ponen a resolver problemas verdaderamente importantes, como el de las epidemias o el agua o la pobreza?»

A primera vista esas preguntas, hechas casi siempre dentro de conversaciones o situaciones en las que se discute sobre la importancia de la ciencia o el poco apoyo que ha tenido en nuestro país, parecen genuinas, contundentes e importantes; vaya, ¿cómo no se me había ocurrido pensar en eso?

En realidad están mal formuladas. Denotan claramente un desconocimiento básico de cómo funciona la investigación científica o una excusa barata para eludir responsabilidades.

Pongamos algo en claro antes de que surjan pasiones bajas. Sobre la frase de los articulos de anaquel, aquellos que solo se escriben para llenar libreros y que no sirven de nada, es pertinente aclarar algo de manera inmediata: si no se leen y solo sirven para llenar bibliotecas, entonces son de pésima calidad. No sirven, efectivamente. Lo mismo pasa con las patentes, que a veces algunos confunden con resultados que sí sirven. Patentes y artículos que no sirven, que son de mala calidad, terminan en un rincón, sin ningún impacto. Hay que trabajar para eliminar eso.

Lo que sirve, lo que tiene impacto, es lo que se hace con gran calidad y rigor. No importa el área, no importa la pregunta o problema que se quiera entender y/o resolver, si la investigación se hace con calidad, el artículo/patente producido generará un impacto en la comunidad científica y por ende en la sociedad. No se trata de si es artículo o no, se trata de si tiene calidad o no. Ah, y la calidad cuesta, y mucho. Se necesita personal sumamente calificado, una infraestructura sofisticada y MUCHO tiempo. Para poder tener impactos notorios, visibles, tangibles, trascendentes, es necesario invertir tiempo y dinero. No hay atajos. Lo demás serán charlatanerías (que abundan) o fluctuaciones y accidentes que permitirán regocijarnos por unos días, pero que no generarán un impacto sostenido ni sistémico.

Claro que ante la necesidad de resultados visibles, inmediatos, pareciera que la ciencia tenga problemas en ser atractiva. Así es, sí tiene ese problemita, en todo el mundo, aunque en algunos lugares más que en otros. Por lo general se requiere de mucho tiempo para poder dar resultados y nunca, NUNCA, se pueden garantizar. Sabemos que algo de beneficio saldrá, siempre sucede, pero no podemos estar seguros de qué ni cuándo. Dicho así pareciera que es imposible confiar, y lo inmensamente interesante es que es, en realidad, lo único verdaderamente confiable.

Definitivamente que no es una cuestión sencilla para las personas que toman decisiones, ya sean gobernantes, autoridades académicas, etc. Lo que sí es fácil, y que comparto con ellas, es lo siguiente: si alguien garantiza un resultado, es un fraude. O ya está hecho, o manipulará los resultados. Si alguien se acerca a ustedes y les habla de super proyectos relacionados específicamente con los problemas más famosos y mencionados en el momento (y su región), que beneficiarán a toda la población y en poco tiempo, que solo necesitan de su apoyo porque además, pobres ángeles, han estado castigados o bloqueados por las represora comunidad científica que busca solo publicar artículos que nadie lee, seguramente, con demasiada probabilidad, le estarán tomando el pelo. Son timadores y algunos de ellos son tan buenos y convincentes que se han logrado engañar a sí mismos.