Estábamos hablando sobre las carreras científicas…
Lo primero que debe analizar es dónde se encuentra la mejor opción. Este análisis no es fácil ya que incorpora dos factores determinantes: qué tan buena educación ha recibido hasta este momento y cuál es su situación económica. De cualquier manera, tomando en cuenta esos factores, lo más probable es que tenga más de una opción. Si es así, investíguelas y fíjese, sobre todo, en el nivel y presencia de los científicos que participen en la licenciatura de su interés. No busque si son buena gente; investigue si están activos científicamente y si participan, colaboran, motivan y guían a sus estudiantes. Hay lugares donde los supuestos investigadores tienen “alergia” a los estudiantes de licenciatura: no estudie ahí. No me malinterprete, no se trata de buscar científicos que le vayan a mimar, no, por el contrario, quizá le van hacer trabajar y “sufrir” (sabrosamente) como nunca lo ha hecho; el punto es que sean científicos que les guste trabajar con estudiantes. Formarse con científicos activos es lo mejor que puede pasarle.
Otra manera de decidir consiste en analizar lo siguiente: si su formación actual no le permitiría ingresar a una de las mejores universidades del mundo (independientemente del dinero), ingrese a un lugar que durante los próximos 4 años le prepare para que el doctorado sí lo pueda hacer en una de las mejores del mundo. Si encuentra un lugar así, no dude, esa es la mejor opción. ¿Cómo saberlo? Investigue qué hacen los egresados de los lugares que esté considerando.
En conclusión: investigue a los investigadores y a los egresados. No será muy difícil ver qué le conviene. No se espante ni se deje apantallar por pseudo-investigadores: si lo son de verdad, podrá obtener información sobre sus publicaciones, actividades académicas y estudiantes dirigidos de manera pública y con fácil acceso. Si puede visitarlos, hágalo. Hable con sus estudiantes, pregunte todo lo que quiera preguntar. Pregúnteles por qué hacen lo que hacen y vea si se entusiasman, si lo contagian de su pasión.
Suponiendo que logró encontrar un lugar así, que decidió entrar a estudiar ahí y que le aceptaron, el siguiente paso es muy sencillo: dedique el 100% de su tiempo a ello. Nada más el 100%.
Si eligió bien, lo más seguro es que su programa sea de ocho semestres. Voy a suponer que usted ha trabajado al máximo y que sí tiene el talento y habilidad para el área que eligió. Supondré además que le interesa realizar su doctorado en una universidad de calidad en el extranjero, donde usted no tenga que pagar por estudiar y que esa universidad le pague. Si es así, estaremos pensando que intentará ingresar a una universidad gringa (hay otros caminos pero ¿para qué? Si ahí están las mejores y además pagan).
Dados estos elementos, cuando vaya cursando el sexto semestre de la licenciatura tendrá que hacer una inversión económica: registrase, pagar y realizar al menos dos (a veces tres) exámenes para poder ingresar al doctorado en Gringolandia. La inversión incluye a veces algún viaje al D.F. o Guadalajara o Monterrey o Mérida, ya que es ahí donde por el momento se ofrecen algunos de esos exámenes.
El siguiente paso es mandar solicitudes a las universidades de interés. Esto se realiza durante el séptimo semestre en los meses de noviembre y diciembre. Para que su solicitud esté completa, dos o tres científicos tienen que mandar una carta de recomendación a su favor. Este punto es muy importante y por ello el énfasis de trabajar con gente activa, personas que sepan cómo funcionan estos mecanismos y que puedan escribirle, si se lo merece, cartas de recomendación útiles, críticas y profesionales.
En marzo o abril, si hubo suerte, empezará a recibir ofertas. Le ofrecerán el pago total de las colegiaturas e inscripciones y una posición como asistente de docencia e investigación.