Siempre se me ha hecho tonto e inadecuado que se haga una separación entre ciencia básica («pura») y aplicadas. Cuando se hace dicha división con cierto énfasis casi siempre lo hacen personas que no hacen ni la una ni la otra, ¡pero que dicen hacer alguna de las dos!
En la práctica los científicos dedican su tiempo y su esfuerzo a resolver problemas concretos y eligen algún tipo, ya sea «puro» o «aplicado». Esta elección es personal y en muchos casos circunstancial. Sin embargo no existe rama de la ciencia «pura» que no utilice ni necesite a la ciencia «aplicada» y viceversa. Las invenciones y los desarrollos tecnológicos van de la mano con el avance en conocimiento básico fundamental, el cual no se puede obtener sin el desarrollo tecnológico. Así pues es tonto diferenciar.
Por eso me dio gusto encontrar el siguiente artículo: NYT
En México tenemos un gran rezago en producción científica, tanto básica como aplicada. Sin embargo en el área aplicada estamos aún mas rezagados. Desgraciadamente no hemos podido salir de un atraso fenomenal en este sentido y no producimos prácticamente nada en el ámbito de ciencia aplicada. Existen «intentos» en algunos lugares, pero en su gran mayoría se hace simplemente maquilación o clonación de algunos dispositivos. No se crea tecnología, no se investiga. La meta casi siempre es conseguir un aparatito bonito que salga más barato y que se pueda vender, ah, y entre más rápido mejor. En algunos casos se intenta resolver algún problema de producción o de diseño para alguna empresa, lo cual es importante, pero no se debe confundir con ciencia aplicada. Es una situación alarmante que obviamente también repercute en el nivel e impacto de la ciencia «pura» mexicana.
La razón de este atraso es la falta de recursos y de proyectos nacionales de desarrollo científico. Para poder tener un impacto se requiere invertir cantidades importantes de recursos en la formación de personal (formación de posgrado en el extranjero) y la creación de laboratorios de investigación. Es indispensable también, dada la magnitud de recursos y de infraestrucutra necesaria, la incorporación del sector industrial privado y público. Nuestros empresarios y nuestra industria deben de despertar de su largo sueño y decidir estar a la vanguardia. Dejar de seguir y apostar a liderar.
¿Se podrá? ¿o le seguimos haciendo al Micky?