Los eclipses son algo bello. Los eclipses son algo normal. Como muchos otros fenómenos naturales, inspiran a la imaginación, a veces de maneras extravagantes. Existen “ideas” como la de que durante un eclipse la atracción gravitacional sufre modificaciones y “se reduce” o que los péndulos se comportan de manera “extraña”. Algunas personas dicen que eso demuestra que Einstein estaba mal, un enunciado muy famoso entre soñadores y charlatanes.
Yo creo que los eclipses causan mucha conmoción porque a pesar de ser normales y frecuentes, no lo son en la misma región de la Tierra y, a menos que andemos viajando cada dos años persiguiéndolos, la mayoría tendremos oportunidad de ver muy pocos. Sin embargo, los podemos entender y podemos darnos una idea de si las cosas que escuchamos, sobre todo aquellas que infieren que hay algo misterioso y “oscuro”, tienen algo de sentido o son simplemente locuras imaginadas.
Sabemos que nuestro planeta se encuentra en órbita alrededor del Sol. Lo que quizá no sepamos o recordemos, son las características básicas de dicha órbita. Para empezar, la distancia promedio entre la Tierra y el Sol es de aproximadamente 150 millones de kilómetros. Es una distancia muy difícil de imaginar, ya que nuestra experiencia cotidiana no nos ofrece esas magnitudes. El diámetro de nuestro planeta es de aproximadamente 12,700 km. Si pensamos en el diámetro de la Tierra y lo comparamos con la distancia promedio al Sol, vemos que es menos de una diezmilésima parte: para el Sol, nuestro planeta es prácticamente un punto.
La Luna se encuentra mucho más cerca de nosotros que el Sol. Sabemos que la Luna está en una órbita alrededor de la Tierra y se encuentra a una distancia promedio de 384,400 km.
Si usted piensa que la oscuridad causada por un eclipse puede afectar el desarrollo de un feto, en el sentido de causar malformaciones, por ejemplo, tenga en cuenta que esa oscuridad es la misma que tendría si usted se encerrara en cualquier habitación y cerrara las ventanas impidiendo que la luz del sol le llegara. Si piensa que no es solo la oscuridad, sino que – al mismo tiempo – la atracción gravitacional de los dos objetos (Luna y Sol) al estar “tan juntos” también producen un efecto, otra vez, recupere la tranquilidad, eso sucede todo el tiempo ya que cuando no hay luna en las noches, es porque anda encima de nosotros durante el día, solo que su sombra no “nos toca”.
Si piensa que los eclipses causan temblores y lo argumenta diciendo que es por los jalones gravitacionales del Sol y la Luna, que se juntan y “jalan” más, casi tiene razón, excepto por el hecho de que no es el eclipse. Eso sucede todo el tiempo ya que, como dije antes, cuando no hay luna en la noche, anda encima de nosotros durante el día y “jala” con el Sol. Así que esas fluctuaciones gravitacionales son algo común, van y vienen con el ciclo lunar, independientemente de si la sombra de la luna le pega a su rancho/ciudad/región o no. Su efecto en los sismos es algo que se estudia en la actualidad.
Ahora, si piensa que con un listón rojo y/o un objeto de metal usted contrarresta los efectos negativos de un eclipse, usted tiene un nivel de “pensamiento” similar al promedio existente durante la edad media, en donde no existía educación ni información colectiva.
Si usted, después de informarse y escuchar la información emitida por profesionales, de todas maneras “argumenta” que usará o recomendará usar esas medidas “por si las dudas” o porque “no pierdo nada” o “no vaya a ser” o cualquier cosa similar en referencia a los efectos negativos en la formación de un feto derivados de un eclipse (o de cualquier información proveniente de la ciencia que contradiga sus expectativas), entonces, usted en realidad no tiene un interés en saber, quiere tener razón aunque no la tenga.