Los científicos pueden trabajar en equipo, por separado, en competencia y/o en colaboración. A veces los grupos ¡ni coinciden en el tiempo! Alguien puede estar trabajando en un tema hoy. Generará ideas, experimentos, algunos resultados y puede ser que logre entender algo. También puede suceder que no logre desentrañar ningún secreto y tengan que pasar cien años, y muchos grupos en el inter, para conseguirlo. La ciencia, aunque uno pueda trabajar solo, es una actividad colaborativa y de grupo.
No obstante lo anterior, existen individuos que de manera particular han logrado brindar contribuciones muy importantes y trascendentes en el ámbito del conocimiento humano, cuyos trabajos han permitido dar grandes pasos en el camino del descubrimiento de la naturaleza. Es interesante saber que aun en esos casos, si esas personas no hubieran existido, alguien más, quizá en grupo, quizá de manera individual, hubieran eventualmente descubierto lo mismo. Esto es importante saberlo y comprenderlo ya que es precisamente el principio que sustenta el avance de nuestro conocimiento de la naturaleza. Todos los descubrimientos y aportaciones que cambiaron paradigmas, todos, están basados y fomentados en ideas y confusiones que eran sentidas y digeridas en su momento por varias personas y grupos, independientemente de si al final fueron concretados por una sola.
Entonces la ciencia es colectiva y los individuos, en el sentido más abnegado posible (y para exagerar la idea), son innecesarios. Y aun así, hoy quiero mencionar y reslatar a una de las personas que admiro. Una persona que logró aportar de una manera sensacional a todo el aparato formal en que sustentamos nuestro entendimiento del universo actual; se trata de Emmy Noether. Matemática alemana, Emmy Noether sentó las bases sobre las cuales hemos construido gran parte del aparato formal matemático que nos ha permitido, entre otras cosas, encontrar las grandes síntesis culminadas en lo que llamamos el “Modelo Estándar de las Partículas Elementales.” No poca cosa ya que representa el conjunto de conocimientos más preciso, probado y completo que hayamos sido capaces de generar. Es la teoría (en el sentido de ciencia exacta, es decir, probada y con evidencias confirmadas) más verificada y con predicciones más sorprendentes que hayamos creado. Basada en gran medida en una comunión de la relatividad especial y la mecánica cuántica, que junto con lo que llamamos “leyes de conservación,” ha logrado predecir y describir una enorme cantidad de fenómenos naturales con una precisión impresionante.
Es precisamente en las llamadas “leyes de conservación” donde entra Emmy Noether. Ella nos enseñó que existe una relación directa, inevitable, fundamental entre esas leyes de conservación y la “simetría.” Dicho de manera muy libre: existe una “cantidad conservada” por cada simetría que exista en el universo. Un ejemplo concreto: seguro han escuchado alguna vez la expresión “la energía se conserva.” Pues bien, es verdad y Emmy Noether nos dice que ello es consecuencia de una simetría existente en el universo, que resulta ser la asociada al tiempo. ¿A qué me refiero? Si hoy dejo caer una manzana desde una altura de 5 metros, esta chocará con el suelo en aproximadamente un segundo. Si lo repito mañana, caerá en el mismo tiempo. Cuando lo hizo Galileo hace alrededor de 400 años, igual. No importa cuándo, la naturaleza me dará el mismo resultado. Eso es a lo que me refiero con simetría temporal y gracias a ello, la energía se conserva. Emmy nos enseñó eso y mucho más. Por haber sido mujer, lo hizo trabajando sin que le pagaran y sin tener una posición oficial. Su impacto es tan importante que su nombre debería ser conocido por muchos. No lo es; espero llegue a serlo.