Cuando estaba por regresar a México tenía un montón de proyectos y planes por desarrollar. Tenía también algunos sueños. La diferencia entre los proyectos y los sueños básicamente consistía en qué tanto consideraba que fueran realizables. A los que sí, les llamé proyectos. A los que les veía un futuro más incierto, les llamé sueños.
Con el tiempo he tenido la fortuna de participar en muchos proyectos muy interesantes y bonitos. Con un impresionante equipo de trabajo, formado en los últimos 12 años en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Colima, he logrado desarrollar los proyectos originales, desarrollar nuevos, mejorar algunos y crear nuevos. En el ámbito de los sueños, algunos han tenido que desaparecer, otros modificarse y postergarse y uno que otro se volvió (o intentó, hasta que lo borré de la memoria) pesadilla. Hoy les quiero platicar de uno que se ha ido modificando, pero que sigue vivo.
El sueño: formar un Instituto de investigación en física teórica con las siguientes características: la base académica estaría formada por unos cinco o seis investigadores, reconocidos en el área, que no tuvieran sueldo por parte del instituto, es decir, serían investigadores adscritos a alguna otra dependencia (universidad, centro de investigación, laboratorio nacional, etc.) pero que tendrían un nombramiento de pertenencia al instituto. Esas personas se encargarían de dirigir las actividades académicas y sería una posición académica honoraria. El instituto sí contrataría a unos diez o quince postdocs (personas que han obtenido el doctorado recientemente y que aún no tienen una posición permanente) con posiciones de 3 años. Serían principalmente los postdocs los que darían vida al instituto – un flujo constante de sangre nueva. La idea consiste desde luego en que las posiciones postdoctorales fuesen concursadas internacionalmente y tuvieran sueldos internacionales.
Participarían también investigadores visitantes con estancias de investigación de diferentes duraciones y modalidades. El instituto serviría como lugar para organizar conferencias, talleres, seminarios, de tal suerte que en cualquier momento hubiera una cantidad interesante de actividades de discusión y trabajo científico.
Para lograrlo se necesitaría conseguir recursos para el lugar físico del instituto, que requeriría espacios tipo cubículos para los investigadores, salas de trabajo, un auditorio de primer nivel, biblioteca, cafetería y de ser posible, dormitorios. Lo ideal sería construirlo en un lugar alejado de la ciudad para aprovechar la calma y la belleza de la naturaleza.
¿Cuál sería el beneficio? ¿Para qué serviría algo así? El beneficio principal sería proveer de un espacio y ambiente para que se pueda realizar investigación de primer nivel en un país como el nuestro. Y más que el espacio, sería el ambiente. El sueño contempla un esquema de contratación y de competitividad que tradicionalmente no se da en las instituciones ya existentes. Algo así serviría para permitir y demostrar que ciencia básica de primer nivel se puede hacer en cualquier lado, siempre y cuando existan algunas condiciones mínimas. Sería de física teórica precisamente porque, aun siendo un sueño, sería el más viable económicamente.
La realidad: Como dije al inicio, soy consciente de que es un sueño, sin embargo, con el apoyo de colegas y amigos – soñadores también, logré un término medio. No me olvido del sueño; lo sigo teniendo todos los días, pero al menos hemos podido hacer algo que quizá pueda servir algún día de semilla. Hace ocho años platicábamos de sueños con un gran amigo y colega de la Universidad de Puebla, Lorenzo. En eso estábamos cuando se nos ocurrió crear un grupo “virtual” en el que nos organizáramos para hacer algún tipo de evento que permitiera agrupar investigadores jóvenes en México. La idea fue realizar una serie de actividades para fomentar el estudio de un área particular de la física de altas energías conocida como “física más allá del Modelo Estándar,” área en la que por aquellos tiempos poca gente trabajaba en el país. Nos armamos de valor (acompañados de unos tequilitas) y creamos el “Dual CP Institute of High Energy Phsyics,” que es virtual, no tiene a nadie contratado, pero que organiza – desde entonces – un taller anual sobre temas específicos de ese tipo de física. Podría darles la razón del nombre, pero prefiero solo comentar que Lorenzo tiene algunas debilidades líricas. En eso lo dejo. Ya con el nombre y todo listo, se nos unieron Jaime y Roberto, de la Universidad de Puebla y del Estado de Hidalgo, respectivamente. El banderazo inicial se dio en una acampada en la playa El Paraíso.
Gracias al apoyo de nuestras instituciones (Universidad de Colima y de Puebla) hemos logrado mantenerlo y hemos disfrutado mucho todos estos años. Siempre lo hacemos a principio de año para empezar bien (en realidad lo hacemos en estas fechas porque facilita que participen colegas de latitudes mayores).
En cuanto al sueño original sigo pensando que es un sueño. No creo que sea posible hacerlo realidad en un futuro muy cercano. No existen las condiciones en este momento. Pero sigo soñando, uno nunca sabe.
Permitame compartir el sueño…
Me gusto tu artículo Fefo (en especial, la propaganda que aparece al final que dice «The 50 hottest women on earth»). Ya mas en serio; pienso que has hecho un excelente trabajo en Colima, y aunque no tenga medallista ni dinero de por medio, vaya mi humilde reconocimiento. Seguro que tendrás todavía muchas satisfacciones que disfrutar por delante (me refiero, al futuro).