Instituto Heisenberg

Hace poco más de diez años en algunas líneas telefónicas entre Boston y Princeton, nació el Instituto Heisenberg. Ricardo Sáenz Casas y un servidor ideábamos su creación y funcionamiento para instalarlo formalmente en Colima. La cosa era que estábamos por venir a trabajar a la Universidad de Colima en los recién creados programas de las licenciaturas en física y matemáticas, programas que por cierto fueron creados mediante una triangulación Colima – Boston – Princeton, y discutíamos qué hacer para dar a conocer a los jóvenes colimenses no solo las nuevas carreras, sino también lo que significaban. No eran carreras tradicionales ni comunes, eran más bien formas de vida y era importante explicarlo y motivarlo. Los programas fueron diseñados con la idea base de formar y preparar a los estudiantes con los requisitos necesarios para poder, inmediatamente después de terminar su licenciatura, iniciar sus doctorados en alguna universidad del extranjero, con becas y sueldo pagados por esas universidades.

Niels Bohr (derecha) con Werner heisneberg cafeteando

Niels Bohr (derecha) con Werner Heisenberg cafeteando

El problema (al menos como lo veíamos al principio): explicar y convencer a los jóvenes talentosos de que ellos, si lo desean, pueden ser científicos y contribuir al conocimiento humano. Convencerlos de que si se dedican por completo y se entregan totalmente al trabajo, es posible que puedan ir a estudiar sus doctorados y formarse como científicos en las mejores universidades del mundo y además pagados por esas mismas universidades. Que no importa ni de dónde son, ni cuánto dinero tienen ni a quien conocen. Solo necesitan poner todo su esfuerzo y con eso existe la posibilidad de lograrlo. Que no será fácil, pero tampoco imposible.

El reto: que nos crean. Cómo convencer a una persona de 17 años (y peor, a sus padres) que quizás nunca ha pensado en salir de su ciudad para estudiar y mucho menos en dedicarse a la ciencia, algo que además ha estado siempre alejado de su entorno. Añadamos también que por estar en México lo más probable es que su familia no tenga los recursos económicos para pensar en la posibilidad de ir a estudiar a un lugar fuera ya no del país, sino de su propia ciudad. ¿Cómo hacerle para platicar con ellos y decirles que en 4 o 5 años podrían estar viviendo en Boston (por ejemplo) y estudiando en las mejores universidades del mundo, hablando inglés y además recibiendo un sueldo? ¿cómo hacerlo además sin sonar ridículo o exagerado? ¿Cómo convencerlos a ellos y a sus familias, y a veces a las mismas universidades, que lo mejor que le podría pasar a la región es que cada vez más de nuestros jóvenes talentosos pudieran acceder y aprovechar esas oportunidades?

La idea (modesta): Reclutar a un grupo de estudiantes de bachillerato y explicarles en qué consiste el quehacer científico. Reunirlos con personas que ya se dedican a la ciencia para que convivan con ellos y que puedan preguntarles cómo es su vida, su trabajo, su experiencia. Enseñarles también un poco de matemáticas y de física con una perspectiva moderna, atractiva y diferente a lo que han visto en sus escuelas. Mostrarles que la actividad científica está llena de pasión y experiencias únicas y que si tienen la vocación e interés, pueden tener una vida intensa y muy gratificante.

En realidad el Instituto tiene dos metas muy específicas. Buscar a los jóvenes talentosos del estado y la región e informarlos de primera mano sobre el quehacer e importancia de la ciencia. Generar conciencia sobre la importancia, trascendencia y necesidad de tener una cultura científica, de estar informados y de saber que a través de la ciencia podemos tomar las mejores decisiones. Sabemos (esperamos) que muy probablemente serán esos jóvenes los que en un futuro no muy lejano tengan la responsabilidad de tomar decisiones que puedan afectar a la sociedad, y si no, al menos es también muy probable que algún día sean padres de familia y cuando una de sus hijas les diga que quiere dedicarse a la ciencia, en vez de verla como si hubiera perdido la razón, la apoyen con todas sus energías y se sientan inmensamente orgullosos de esa elección. La otra meta es desde luego la de identificar aquellos jóvenes que ya en este momento les interese y puedan dedicarse a la ciencia, con el fin de ofrecerles el apoyo que necesitarán al iniciar el camino.

El plan entonces consistió en reclutar y reunir a una veintena de estudiantes en la facultad de ciencias de la Universidad de Colima y exponerlos a un programa de actividades semanal: tres horas cada sábado. Esto se llevaría a cabo por una duración de poco menos de un semestre (de marzo a junio) y las actividades incluirían dos cursos (uno de física y otro de matemáticas), conferencias, charlas, películas, videos e interacción social entre científicos y estudiantes. Pensamos por un momento qué nombre le daríamos al programa y decidimos nombrarlo Instituto Heisenberg como un modesto homenaje al físico alemán Werner Heisenberg. Escogimos a Heisenberg por dos razones: la primera es que fue el inventor de la mecánica cuántica, que ha revolucionado completamente la vida de todos los seres humanos, y la segunda es de que lo hizo cuando tenía 20 años. Una de las ideas que deseábamos (y seguimos deseando) transmitir era la de que la ciencia puede ser hecha por cualquiera, en particular por los jóvenes. Existe la idea errónea y perversa de que los científicos son estas personas viejas que utilizan bata y andan algo desaliñadas. O si no, se piensa en personas (también maduritas) arrogantes que hablan con palabras muy técnicas y con desdenes de grandeza y erudición. Y el problema es que en lugares en donde no se hace mucha ciencia, como nuestro país, sí existen personas que por tener un mínimo de contacto con el ambiente científico de repente se vuelven unos pavos reales que se sienten casi intocables, y contribuyen a que el resto de las personas perciban así a los científicos. Hay un montón de impostores y charlatanes. Bueno, pero eso es tema de otro día, me regreso por donde iba (uff!). Pues nada, que Heisenberg de alguna manera representa un ejemplo de juventud y grandeza, y eso es lo que andamos buscando y promoviendo. Además, para que Heisenberg no se lleve todo el crédito, cada generación del Instituto lleva asociada el nombre de un científico destacado y que ese año tuviera algo de relevancia con su trabajo o vida, alternando física y matemáticas. Así, las diferentes generaciones han estado dedicadas a (comenzando en 2003): Werner Heisenberg (se llevó el nombre del Instituto y de la primera generación), Henri Poincaré, Albert Einstein, David Hilbert, Ludwig Boltzmann, Leonhard Euler, Galileo Galilei, Bernhard Riemann, Enrico Fermi, Évariste Galois y este 2013 llevará el nombre de Niels Bohr.

   Inicialmente pensamos que unos 20 participantes cada año sería sensacional (tomando en cuenta por supuesto la población del Estado, que aproximamos en su momento como de medio millón de habitantes). Luego estimamos que nuestro programa sería un éxito si lográbamos que 1 o 2 de esos 20 participantes (es decir del 5 al 10%) decidieran dedicarse a la ciencia en las áreas de física y matemáticas.

 El resultado: Después de 10 ediciones hemos aceptado a 258 estudiantes. De esos algunos decidieron no participar y alrededor de 200 son los que han egresado del Instituto Heisenberg (digo egresado pero en realidad simplemente les damos una rebanada de pastel y un diplomita para que se lo enseñen a la familia y amigos envidiosos). De esos 200, 34 (17%) decidieron dedicarse a la ciencia en las áreas de física y matemáticas aquí en Colima. Algunos de ellos (13), que les tocó participar en las primeras seis generaciones, se encuentran en este momento trabajando en sus doctorados en instituciones del extranjero y nacionales. Nos creyeron, trabajaron, se esforzaron y están ya participando en el desarrollo de la ciencia. Cabe resaltar que existen más egresados de la facultad de ciencias, algunos también actualmente estudiando sus doctorados, que no necesariamente participaron en el Instituto Heisenberg.

 Acabamos de iniciar las actividades de la generación Niels Bohr y pueden ver el programa y a los participantes en (http://fejer.ucol.mx/ih). Apenas el pasado 9 de marzo arrancamos el nuevo programa y estoy seguro de que como cada año seguiremos encontrando nuevos científicos en potencia y seguiremos divirtiéndonos aprendiendo sobre la naturaleza.

3 Responses to Instituto Heisenberg

  1. Carlos Camargo dice:

    Felicidades!…

  2. fefino dice:

    Reblogueó esto en ConCiencia en Colimay comentado:

    Versión de hace un par de años pero «vigente» (hace falta actualizar los números).

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